domingo, 18 de diciembre de 2016

LA RESPIRACIÓN: UN PUENTE ENTRE LA MATERIA Y EL ESPÍRITU

      Muchas veces sólo pensamos en la respiración como un medio para abastecernos de oxígeno y eliminar toxinas. Esto, en el ámbito físico, es totalmente cierto. Pero, a través de la respiración, podemos absorber energía vital o, como le dicen los hindúes, prana. El prana es la vida misma, ya que anima a todo el universo.
     Existen muchas prácticas que utilizan a la respiración como objeto de meditación y como objeto de concentración para la sanación. En Oriente existe el Pranayama o la ciencia del control del Prana mediante la cual, a través de ejercicios respiratorios, se logran diversos objetivos, como la preparación del cuerpo para la meditación o la regulación de ciertas funciones físicas. En Occidente, la Respiración Consciente Conectada, en todas sus variantes, hace de “pranayama moderno” y tiene efectos terapéuticos y sanadores, además de contribuir a la expansión de la consciencia.
    En lo que respecta a la meditación, Anapanasati o, como dice Bhante Vimalaramsi, la “meditación de la sabiduría tranquila” es un método cuyo objeto es la respiración y con el cual se dice que Buda llego al Nirvana o Nibbana. La visión de este monje es bastante peculiar con respecto a otras vertientes del Budismo. El no habla de Jhanas como etapas de absorción sino como etapas de la meditación en las cuales se llega a distintas visiones o al conocimiento directo. Un aspecto que él remarca es la relajación de la mente. Cuando aparece una distracción lo mejor es relajar y soltar lo que haya aparecido y luego tranquilamente volver al objeto de meditación, que en este caso es la respiración. Si se fuerza a la mente a volver al objeto de nuestra meditación sin relajar eso implica tensión y represión y bajo estos estados no es posible avanzar en el sendero de la sabiduría.