Científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison trabajan
desde el año 1992 junto al Dalai Lama y sus seguidores, otros monjes budistas,
muy experimentados en la práctica de la meditación, en develar los misterios del cerebro humano.
Richard Davison, uno de los investigadores de la consciencia
en dicha universidad, pudo comprobar que los meditadores experimentados
presentan gran actividad en la corteza prefrontal izquierda, una zona que no está
muy desarrollada en personas que no practican meditación pero sí en la gente de
carácter optimista y poco ansioso.
La conclusión de los estudios realizados es que el cerebro,
con un correcto entrenamiento, puede desarrollar funciones y conexiones
neuronales nunca imaginadas.
Pero, paradójicamente, el Dalai Lama (quien obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1989) sostiene que “la ciencia puede develar que ciertas técnicas podrían ayudar a distinguir los porqués de una vida feliz o una miserable, pero la comprensión profunda de la naturaleza de la mente sólo puede alcanzarse a través de la meditación”. Según él esto significa que la ciencia no podrá explicar el nirvana ya que este sólo es posible como fruto del conocimiento directo.
Pero, paradójicamente, el Dalai Lama (quien obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1989) sostiene que “la ciencia puede develar que ciertas técnicas podrían ayudar a distinguir los porqués de una vida feliz o una miserable, pero la comprensión profunda de la naturaleza de la mente sólo puede alcanzarse a través de la meditación”. Según él esto significa que la ciencia no podrá explicar el nirvana ya que este sólo es posible como fruto del conocimiento directo.
Fuente: Ecos del Zen en la ciudad –
Juan Belón Pérez
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