En Occidente muchas veces se utiliza el
término “meditación” cuando la persona se refiere al acto de darle vueltas a un
asunto, o sea, pensar en él. Sin embargo, en Oriente, esta palabra está
relacionada con el acto contemplativo.
En los últimos años, en este lado del
mundo, la meditación ha tomado un auge importante y ya mucha gente sabe que
está relacionada con una serie de prácticas y técnicas que conducen a calmar la
mente. Claro que estas técnicas no son la meditación en sí misma. ¿Por qué?
Porque la meditación es un estado de consciencia. Y ver a la meditación de esta
manera hace que nos preguntemos cuál es la finalidad de la misma. Bien.
Mediante la meditación muchos practicantes
solo quieren detener la inercia de la mente, o sea ese parloteo incesante que
tanto daño hace y eso es muy correcto. Pero el objetivo de las tantas técnicas
que provienen en su mayoría de Oriente es que, una vez calmada la mente,
podamos permitirnos la experiencia del
Ser.
¿Cuál es el secreto? Seriedad y
disciplina. Tal vez suene un poco antipático decirlo de este modo pero el
progreso de nuestra práctica depende de estos factores.
En este sitio se presentarán distintas
tradiciones vinculadas a la meditación, se ahondará sobre los diversos
descubrimientos científicos acerca de los efectos que produce la meditación en
nuestro cerebro, o sea, iremos explorando este mundo tan rico y tan apasionante
como lo es todo lo que colabora para que expandamos nuestra consciencia.
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